viernes, 3 de agosto de 2007

Gritar.

Tres y media de la madrugada,
vamos conduciendo solo nosotros tres,
la música cada vez se hace más y más fuerte.
Comenzamos a preguntarnos el por qué,
el por qué de todas las cosas.
Y no damos cuenta que todo esto
va girando en círculos.

En ese preciso momento, cuando vemos
que esto se aligera cada vez más... gritamos.
Solo tres y únicas almas esclavas de aquella noche,
corriendo a horas de la madrugada,
el auto comienza a aumentar su velocidad,
nuestros gritos aun más intensos.
La musica nos envuelve y se va haciendo mas ligera.
Nadie comprende que es lo que cada grito
quiere o está tratando de decir..
solo gritamos.

Eso es lo que muy amenudo ocurre,
quizas una manera de expresar,
de pedir un por qué o simplemente
de simplificar mil palabras... solo gritamos.

Cae la luz roja, nuestras voces se pierden
con el intenso rojo de aquella luz,
nuestros rostros cambian,
nuestro grito desaparece...
no hay velocidad.

La música cesa ya de tocar.
Silencio.


Aqui estamos, los tres en el auto,
inundados de un silencio encantador.
Las luces cambian y nuestros pensamientos
revolotean por el aire.
Y ahora... que harás?
Luz verde.
A casa.



by Mª Ignacia Cañoles.





No hay comentarios: